Durante unos cien años, 650-546 a.C. los reyes lidios dominaron Turquía occidental. Los lidios sirvieron de intermediarios entre Oriente y Grecia, y la civilización griega se vió favorecida por Creso, quien veneraba al oráculo de Delfos. Al parecer, los lidios fueron el primer pueblo que utilizó lingotes de metal precioso y acuñó moneda para facilitar los intercambios comerciales. Los lidios adoraban a Atis ( madre de los dioses), Cibeles, y Artemisa de Efeso. El reino desapareció cuando Ciro, rey de los persas, venció a Creso y tomó Sardes en el año 546 a.C.. Los persas invadieron y conquistaron Lidia; Creso fue hecho prisionero, convirtiéndose Sardes en sede de las cuatro satrapias.El imperio persa se extendía rápidamente hasta la costa y tanto Ciro como sus sucesores, Darío y su hijo Jerjes, continuaron extendiéndolo hacia el oeste de su capital, Persépolis. Los antiguos griegos consideraban el dominio persa rígido y represivo. Las ciudades jónicas de la costa, que habían sido antiguos centros del saber (y de donde se cree que procedía Homero, que probablemente nació hacia el 700 a.C.) odiaban el dominio persa. Los persas eran conocidos por su fama de destructores, como por ejemplo demostraron en el año 494 a.C., arrasando Mileto, supuestamente una de las ciudades jónicas más espléndidas, tras una revuelta; al igual que la destrucción de Janato en la costa licia, cuyos habitantes prefirieron un suicidio en masa al yugo persa.
Es cierto que los monumentos del período persa, que duró hasta que Alejandro Magno invadió Anatolia en el 336 a.C. son escasos.En el interior, sin embargo, puede que la situación fuera diferente. En Capadocia, donde se habían asentado los persas nobles, su cultura sobrevivió durante siglos tras la victoria de Alejandro Magno. Más hacia el este, en Siria y Palestina y en el sureste turco de hoy, la cultura griega chocó contra una lengua rival escrita, el siriaco que nunca desapareció por completo. La tensión cultural y lingüística entre el siriaco semítico hablado en el Oriente Próximo y el helenismo, fue un problema que exasperó a los romanos, y preparó el camino para la implantación del islam y del árabe en la región. En la mayor parte de Anatolia, sin embargo, los pueblos indígenas se integraron hasta el punto que la región llegó a considerarse como el centro del mundo romano.
ALEJANDRO MAGNO ( EL HELENISMO )Alejandro Magno, rey de Macedonia, nació en el año 356 a.C. y murió en el 323 a.C. a los 33 años por culpa de una violenta fiebre. Sólo 11 años separan su entrada en Anatolia de su muerte. Tras sus victorias iniciales en Granicas e Issus, puso su atención en tierras más lejanas, y utilizó todas sus energías en guerras en lugares muy lejanos. Alejandro no se limitó a liberar a la población de Anatolia del dominio persa, sino que además sirvió de catalizador para extender la cultura griega a las poblaciones vecinas, que hasta entonces habían hablado, y en algunas casos escrito, otras lenguas. La influencia comenzó a extenderse primero a lo largo de las costas, donde los colonizadores griegos habían ido fundando durante siglos, sus propias ciudades estado, adentrándose gradualmente hacia al este. La expansión de la cultura griega dió nombre al período entre Alejandro y los romanos llamado helenístico.Alejandro no permaneció inactivo; acentuó su política de integración racial, invitando a los macedonios a desposarse con mujeres persas; nuevas fiestas señalaron su matrimonio con Estatira, hija de Darío, al tiempo que varios de sus lugartenientes se casaban con hijas de los sátrapas. Alejandro no se limitó a conquistar un imperio, sino que emprendió la tarea de organizarlo. Difundió por su imperio el principio de la coloboración entre griegas y orientales, hasta un punto que permite preguntarse si, a través de esta integración, la helenización de los asiáticos fue mayor que la orientalización de los grecomacedónicos.
Su política de desarrollo de los intercambios y de estabilidad monetaria y unificación de los tipos en circulación, figura entre sus mayores logros. Por último el liberalismo religioso, de que hizo gala terminó por aproximar y fusionar en parte los cultos respectivos.
La cultura griega se extendió en Anatolia a través de la fundación de fuertes comunidades municipales, que controlaban la mayoría de sus propios asuntos. Alejandro, que era un admirador apasionado de los poemas de Homero, aseguró la expansión del griego y de su literatura como parte principal de la civilización helenística. Durante este período las ciudades de Anatolia construyeron grandes murallas, gimnasios para educar a los jóvenes, teatros para represantar obras, estadios para las carreras y odeones para conciertos.Murallas y agua, tanto como la Ilíada y Sófocles fueron la base de la cultura helenística y romana. Pérgamo, por ejemplo, se abastecía de agua de unas montañas a 45 kilómetros, que corría por un sistema de cañerías triples de 240. 000 secciones.
Los sucesores de Alejandro desarrollaron un sistema de infraestructura. La expansión de la civilización helenística ha dejado sus huellas en las técnicas de manipostería, llevados a cabo por constructores procedentes de la costa. El final del mundo clásico concide con la destrucción de los acueductos por los invasores árabes en el siglo VIL La era clásica fue un período de esplendor para la arquitectura y los edificios públicos construidos por esclavos. Incluso las comunidades más insignificantes del período romano han dejado trazas de columnas y capiteles esculpidos. En Anatolia la muestra más espléndida de ello fiie el altar de Zeuz en Pérgamo, cuyos magníficos frisos se conservan en el museo de Berlín.
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