1 Nisan 2011 Cuma

KANİSH- KÜLTEPE III MILENIO

Ya a finales del siglo pasado, habían aparecido en el mercado de las antigüedades, algunas tablillas de arcilla escritas en caracteres cuneiformes, de las que los comerciantes afirmaban que procedían de Kanish, la actual Kültepe. Los documentos eran muy interesantes porque revelaban toda una serie de datos, hasta entonces ignorados, sobre la organización de una colonia de mercaderes asirios, establecida en aquella zona de la antigua Anatolia.
En 1.906 después de una primera tentativa infructuosa por localizar el lugar exacto de procedencia de los textos, en 1.925 el famoso lingüista checoslovaco B. Hrozny, tras varios fracasos, descubrió justo a poca distancia de Kültepe, el lugar donde habían sido hallados los documentos tiempo atrás. Hrozny pudo así descubrir otro millar de documentos y se convenció de que en aquella región residían los mercaderes extranjeros, mientras la cercanísima colina de Kültepe, ocultaba las ruinas de una ciudadela fortificada, en la que parecía habitar exclusivamente la población local. La colina principal de Kültepe y el vecino campo de ruinas, ocultaban los restos del antiguo centro de Kanish, que tuvo por lo menos dos fases de ocupación durante el III milenio a.C., pero que alcanzó su máximo esplendor durante el II milenio a.C. Durante estas fases, el centro estaba formado por una ciudadela en torno a la cual se extendía el llamado Karum, es decir, el emporio comercial. Era éste el asentamiento en el que se concentraban las viviendas ocupadas por los locales. En Karum, las casas más bien amplias y bien construidas, estaban organizadas de forma que tenían al menos una habitación como oficina, y en ésta so Han conservarse los documentos escritos. Las calles, amplias para permitir el paso de animales de carga, con frecuencia daban a pequeños plazas en las que se disponían tiendas y talleres artesanos. Comercios y talleres se agrupaban también a veces, en zonas especiales cubiertas, especie de pequeños bazares. En la ciudadela, a cuyos pies se extendía la " ciudad de los mercaderes ", se hallaban algunos santuarios mayores, cinco según los textos, pero sobre todo el palacio, en el que tenía su residencia la dinastía local. Los mercaderes residentes en Kanish, son semejantes a modernos empresarios autónomos, ya que organizan su propio tráfico, una vez pagados los impuestos, gozan de los consiguientes beneficios mientras sus colegas más antiguos aparecen más ligados a las estructuras religiosas o palatinas.
Los textos de Kanish revelan que los emporios comerciales asirios eran numerosos en Capadocia; entre ellos Kanish, era el mayor y a él se remitían los otros cuando surgía algún problema de carácter económico o jurídico. Algunas familias tenían el monopolio de los tráficos, y mientras los cabezas de familia permanecián en la patria para controlar los hilos de la compleja red de importación-exportación, los más jóvenes eran enviados a las colonias donde cumplían su "noviciado" en espera de suceder al jefe a su muerte o tras su "jubilación". Como las mujeres e hijos se quedaban en la patria, era frecuente que los colonos crearan familias indígenas. Esto les permitía, además de mejorar lo que llamamos "calidad de vida", tener mejores relaciones con la población local. Por lo que respecta al tipo de mercancías tratadas, los principales objetos de tráfico e intercambio eran los metales y los tejidos. Estos se transportaban por vía terrestre con largas caravanas de asnos. En Kanish han salido a la luz testimonios inportantes de relaciones e influencias referidos a otras zonas del mundo contemporáneo, en particular a la zona de Asia. Tales relaciones se manifiestan en la presencia de algunos tipos de cerámica característicos y en la difusión de algunos tipos de armas. El mayor núcleo de los textos de Kanish, pertenece al nivel II que fiie evidentemente destruido hacia 1.800 a.C., tal vez en un ataque de pueblos hititas que no se puede llegar a probar. Tras un breve intervalo en la ocupación, la ciudad y Karum fueron reconstruidas con una mayor extensión, si bien la documentación escrita es mucho más reducida. Mientras por una parte los centros anatolios ligados a las colonias asirías perdían importacia, también
Siria y Mesopotamia entraban en crisis. Tal crisis culminó con la destrucción de la ciudad de Mari, en el Eufrates medio, por obra de Hamraurabi de Babilonia hacia 1.670 a.C.. Quedó así defínivamente destruida una red comercial que había sido creada en el II milenio a.C. y que hasta entonces había unido estrechamente, aunque con altibajos, Anatolia, alta Siria y alta Mesopotamia. En particular, por lo que respecta a Anatolia, este acontecimiento llegó a una fase de gran estabilidad, ya que los soberanos locales, habituados desde hacia tiempo a un flujo más o menos constante de riquezas, se encontraron de pronto obligados a hacer frente a las necesidades de sus cortes con sistemas menos ortodoxos: el pillaje y la conquista. A este período de pequeños pero continuos conflictos internos, puso fin la constitución del primer gran imperio hitita que consolidaron Haltusil I y Mursil I,llegando hasta Siria, donde acabaron con el predominio de la gran capital, Alepo, hacia el 1.600 a.C.

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